lunes, 31 de octubre de 2011






31 OCTUBRE 2011

EDITORIAL

DR.ALBERTO AYALA MONTOYA

Quiero hacer publica una semblanza del Dr. Julio Cesar Juarez Peralta que me hizo llegar un buen amigo y compañero de toda la vida el Dr. Arturo Meza Osuna én un merecido homenaje que le hicieron el dia 26 de octubre en el auditorio del Hospital Juan Maria de Salvatierra



IN MEMORIAN


SEMBLANZA DEL DR JULIO CESAR JUAREZ PERALTA, FELLECIDO EL 23 DE OCTUBRE DE 2011



No resulta fácil hacer una semblanza, una síntesis que es, necesariamente limitada de lo que fue la vida del Dr. Julio César Juárez, mucho menos cuando ha sido una vida inquieta, dinámica, emprendedora, con una especial disposición para la búsqueda intelectual y los intereses vitales.
En este alarde sintético puedo empezar diciendo que Julio César Juárez Peralta nació en Santa Rosalía BCS en el seno de una familia típicamente sudcaliforniana, no solo por el origen de sus miembros, también por el ambiente que se respiraba en el hogar; las raíces de su madre, el fuerte arraigo de su padre, el amor a esta tierra manifestada en varias formas pero sobre todo, por el compromiso de los Juárez con la comunidad, condición que sin duda, fue labrando una característica manera de ser y de entender la vida. Nació en una época ardua para Santa Rosalía, la Compañía minera, alma sostén del pueblo se declaraba en quiebra y empezaba un éxodo que vaciaba más del 50% de la población, muy pocos se quedaban a afrontar un destino incierto. De los que se quedaron fueron los Juárez.
Una familia numerosa que se mantuvo unida al padre –en sus dos nupcias- al profesor Eusebio Juárez y de la cual Julio fue el menor, esta dilación familiar le dio hermanos que por su edad, podrían ser sus padres, sobrinos con la edad de hermanos y que se extendió por toda la calle nueve. Perdió a su madre desde muy pequeño, apenas si tuvo vagos recuerdos de ella, esto le permitió vivir inmerso en una comunidad nada parecida a la familia nuclear, en realidad era un clan familiar, en el caso del pequeño Julio César, a falta de su madre, quedó al cuidado de sus hermanas mayores que le apodaron Cuirri, como muchos lo conocimos y la única manera de localizarlo e identificarlo en Santa Rosalía, en el pueblo, muy pocos sabían que se llamaba Julio César.
Era un clan formado por profesores normalistas que incursionaban, además de la enseñanza, en literatura, política, música, danza, organización gremial y hasta en los negocios. En efecto, casi todos con talentos y capacidades sobresalientes que se distinguían, ante todo por su vanguardismo. En la calle nueve, la familia se ramificaba en el vecindario a donde solían recalar jóvenes cuyas inquietudes los llevaban a la lectura, a la discusión política, a la edición de revistas, a los cuestionamientos existenciales. No fue extraño que Julio creciera con información suplementaria a la académica habitual y actitudes maduras para su edad.
Terminaba la década de los sesentas, el mundo sucederían cambios fundamentales en el terreno político, económico, artístico y en los valores morales. Cambiaba la moda y los modales; la ropa y la manera de llevarla; el pelo, el lenguaje, la música se transformaba y en todas esas transformaciones el joven Julio César Juárez estaba pendiente y participaba. Ser joven tenía una definición diferente a la actual y en el entorno que era el territorio de BCS y Santa Rosalía en particular, se reflejaban los ecos de una sociedad que ya no volvería a ser la misma.
Al salir de la secundaria, Julio fue de los fundadores de la primera preparatoria de la región, junto con otros estudiantes y profesores, fundaron la Preparatoria Hermanos Flores Magón y formó parte de la primera generación en 1968, a donde llegarían las resonancias de las rebeliones juveniles que estallaban en casi todo el mundo. Obligado a revalidar materias se trasladó a Guadalajara para, en 1970 ingresar a la Facultad de Medicina de la UNAM donde encontró las mas diversas corrientes de pensamiento, tendencias y movimientos que contribuyeron a afinar su conciencia social, esa conciencia social que molestaba al orden establecido. Esas oleadas de descontento que ya se habían sentido en el país y que el sistema político y su aparato represivo habían solucionado de la peor manera en octubre 1968.
No era bien visto por las buenas conciencias provincianas la nueva manera de comportarse de los jóvenes, la música de rock, el pelo largo y solo por eso, sin ninguna explicación, junto con otros compañeros, un días de vacaciones escolares en Santa Rosalía, fueron golpeados, sometidos por la policía que les cortó el pelo y los encarceló. Por primera vez, en Santa Rosalía se llevó a cabo una manifestación contra las autoridades del mineral, esa generación de jóvenes universitarios, estudiantes en general fueron apoyados por casi todo el pueblo que exigía un cambio en los procedimientos policiacos y respeto a los derechos humanos. Por primera vez se daba un enfrentamiento en quienes querían que las cosas cambiaran y quienes querían que todo siguiera igual. Julio César fue de los reprimidos y de los que encabezaron esa histórica manifestación que unió al pueblo de Santa Rosalía contra las formas autoritarias del viejo régimen que empezaba, a duras penas, a ceder terreno.
Sin duda este episodio marcó su conciencia social y contribuyó a la búsqueda de las posturas políticas, de su papel en la sociedad; acrecentó la idea que los derechos ciudadanos son inalienables y que vale la pena luchar por ellos, pero que la función principal es la preparación académica que se alcanza con esfuerzo y disciplina. La UNAM modelaría entretanto sus ideas y su práctica política al tiempo que adquiría los conocimientos que el médico ejerce como científico y los que ejerce como ente social. En la UNAM también sería receptor una exquisita cultura que se reflejó en Julio, en una discreta y elegante manera de vivir; en la capacidad para comprender los diferentes ángulos de la medicina, su inserción en las humanidades y en las ciencias; en ese saber ser y estar que admiramos.
Terminados los ciclos básicos y clínicos, se le destinó a Ensenada BC en 1974 a llevar a cabo el internado de pregrado, al siguiente año pasó a realizar el Servicio Social en Bahía Asunción BCS donde se procuró ricas experiencias en la práctica de la medicina pero también en la comprensión de la dinámica de la comunidad, en las relaciones con los pacientes y las organizaciones cooperativas de la zona. Después de más de treinta años de su estancia en B. Asunción, aun lo venían a buscar algunos pacientes o hijos de aquellos a quienes sirvió al final de los ochentas. Podría llenar varias páginas de las contingencias del servicio social del Dr. Juárez, contaré una muy representativa
Era el año de 1975, un huracán rondaba el Pacífico Norte. No existía el tipo de comunicaciones de la actualidad, la información era escasa e imprecisa. Había atendido un parto, el recién nacido empezó a tener problemas respiratorios que se fueron agudizando, por lo tanto, era preciso salir de la zona y buscar auxilio hospitalario en Guerrero Negro. A la vez que arreciaba la lluvia y el viento, la insuficiencia respiratoria del bebé también aumentaba. Se formó una comitiva con uno de los mejores vehículos de la comunidad, con cabina y buen estado mecánico, dos conductores experimentados, los padres del niño y el doctor Juárez que mantenía al pequeño en un crupete con oxígeno y soluciones parenterales. En esas condiciones se lanzaron a la brecha, los arroyos crecían, la visibilidad era casi nula, el tiempo empeoraba. Decidieron regresar para tomar el camino de la costa por Abreojos y La Bocana para dirigirse a Santa Rosalía, un camino más largo, pero quizás en mejores condiciones. Las ráfagas de viento iban en aumento también el agua, un poco adelante de La Bocana simple y sencillamente no había camino, en medio del aguacero se perdieron, el vehículo daba tumbos y encalló en una avenida que los empezó a cubrir de agua. Salieron como pudieron con el bebé en brazos y el agua arriba de la cintura. Solo encontraron un pequeño promontorio donde se pusieron a salvo mientras veían como el vehículo se perdía impulsado por el torrente de agua y viento. Ahí pasaron la noche, el bebé fallecería por la madrugada. En cuanto amainó, los choferes fueron a pedir auxilio a La Bocana, regresarían con ayuda hasta el otro día por la tarde que fueron rescatados.
Otra de las contingencias del servicio social, ésta feliz y menos dramática fue su matrimonio.
En 1977, casado regresó a la Cd de México a iniciar la especialidad tutelar de anestesiología a la vez que trabajaba como médico general en una clínica del ISSSSTE, ocurriría, ese año, uno de los más importantes sucesos, nació su primera hija: Camino nace en 1978.
Pasaría luego formar parte del grupo de residentes de anestesia en el Hospital Darío Fernández del ISSSTE donde conoció al Dr. Sergio Castro Soto, su amigo y maestro. En 1982, Juárez terminó la especialidad, le entró la nostalgia por la tierra y se trasladó con esposa e hija a La Paz.
Recuerdo que fueron días duros. López Portillo había llorado en su informe sobre el estado de la nación: nacionalizaba los bancos, el peso se devaluaba y entraba el país en una fuerte recesión. Las instituciones de salud cerraron sus bolsas de trabajo, no había ni suplencias, ni contratos. La medicina privada no tenía clientes. Finalmente encontró trabajo en las unidades móviles de salubridad. Todos los días recorría desde El Carrizal hasta la sierra de T. Santos. Eran días de desazón para quien se había preparado a conciencia para otro tipo de labor médica, como persona, la idea que el estudio, el esfuerzo, el sacrificio no valían empezaba a corroer a dar vueltas en su mente; que el trabajo al que accedía –a falta de otras opciones- era muy diferente para lo que se había preparado. Con humildad, con fortaleza, con el sentido el humor que lo hacía ser un tipo muy agradable en su trato, emprendió y desarrolló la labor de médico rural durante un poco más de un año y no tardó en encontrar las satisfacciones profesionales que mantienen la llama del entusiasmo.
A esta etapa difícil se agregó divorcio. Empezaba así otra de sus facetas mas admirables: ejercer de padre soltero, algo que Juárez resolvió de una manera similar a la que el mismo había vivido en su niñez, la adopción de Camino, su pequeña hija, por el Clan Juárez de la calle nueve. Y vaya si ese clan tiene sus cualidades para educar, custodiar y cultivar a un infante -que bien podrían patentarlo- pues es hoy la ingeniero civil Camino Juárez Lucero.
Después de vacilar entre regresar a México o buscar acomodo en otra ciudad, la situación del país mejoró y conseguiría entrar a trabajar, ya como anestesiólogo al Hospital Juan María de Salvatierra y luego al hospital del ISSSTE. Se establecería definitivamente en La Paz.
En 1985 casa con Verónica Ceseña, con quien ha procreó a Jamil, el Dr. Juárez Ceseña compañero que labora en el servicio de urgencias, de Crystel que cursa los últimos semestres de medicina y la pequeña, Blanca que cursa la preparatoria. La misma Verónica, que le dio estabilidad al hogar, ha podido cursar y recibirse como Lic. En Diseño Gráfico.
Labor profesional. Como cualquier buen profesional, apenas conocer su manera de trabajar y la excelencia de su conducción como anestesiólogo, algunos cirujanos lo prefirieron en su práctica quirúrgica. Las cosas empezaban a cambiar y entonces hubo ya espacio para el perfeccionamiento y la actualización. En 1990 fundaría junto con otros anestesiólogos la Sociedad Sudcaliforniana de Anestesiología, de la que sería su presidente en dos ocasiones; 8 años después, siendo el Dr. Juárez su vicepresidente, pasaría a ser el actual Colegio de Anestesiología de BCS. Fue Jefe del Servicio de anestesia del ISSSSTE y frecuente organizador de módulos para anestesiólogos dentro de las Jornadas Médicas anuales. ,
En sus incursiones en cursos y congresos, Julio César fue adquirió una gran visibilidad en esos eventos, fue cada vez tomado en cuenta para presidir mesas de trabajo y después invitado como profesor a diferentes programas académicos. Es así como siendo Presidente del Colegio Sudcaliforniano de Anestesiología, organizó el Tercer Curso Regional de Actualización en Anestesiología, Zona Noroeste, en asociación con la Universidad de Iowa. Nunca se había realizado un tipo de evento académico de tal magnitud, con profesores extranjeros y nacionales de gran calidad. Ese mismo año realizaría el examen para constituirse como Miembro el Consejo Mexicano de Anestesiología y su aceptación el 30 de junio. En los siguientes meses sería seleccionado para participar en el Programa Hospitalario de Trasplante Renal.
Se recertificó en 2006 y llevó a cabo el Diplomado en Manejo del Paciente de Alto Riesgo Postoperatorio, a través el Instituto Nacional de la Nutrición, un curso de 300 horas que le obligaba a acudir mes con mes al Puerto de Mazatlán y que fue organizado por uno de sus mejores amigos, a la vez que maestro, el Dr. Orlando Tamariz. Al siguiente año, sería nombrado profesor de este Curso que se llevó a cabo en el estado de Tabasco.
En 2007 participó como profesor en el Simposio Internacional de Anestesiología organizado por la Universidad de Iowa, posteriormente sería nombrado coordinador mexicano del Simposio por esa Universidad norteamericana.
Profesor adjunto del curso de especialización en anestesia, en este hospital
Independientemente de estos méritos académicos que acabo de mencionar, que sin duda reflejan su capacidad científica y técnica, Julio César auxilió a innumerables compañeros trabajadores –a solicitud de ellos- en sus eventos quirúrgicos o de sus familiares. Tal solicitud no solo avalaba la confianza, también la generosidad y la accesibilidad del Dr. Juárez
Labor sindical. Su conciencia sindical creo viene de muchos años atrás. De muy joven participó como militante del naciente y ya desaparecido Partido Laborista Mexicano. Por falta de tiempo, por estar inmiscuido en el trabajo médico, no había participado de lleno en la defensa de los derechos laborales, sin embargo, siempre ha mostró interés en los sucesos de la vida sindical y la defensa de los trabajadores.
En la última década participó en planillas del sindicato de la Secretaría de Salud pero en los últimos años, cuando se retiró del turno vespertino en el ISSSTE, ocupó lugares importante en la organización sindical y había que ver la pasión y la entrega con la que se ha dedicó a defender los derechos gremiales. Solo la indisposición del organismo, solo la naturaleza lo obligó a retirarse de los asuntos laborales de los cuales estuvo, hasta sus últimos días, pendiente.
Participó como presidente de actas en un periodo y en la dirigencia actual como secretario general suplente.
Amigo. Quienes tuvimos la fortuna de contar con su amistad, conocimos esa manera suave, discreta, entrañable de mostrar su cercanía, su solidaridad en los momentos difíciles. De los contrastes de una personalidad bien cimentada que podía ir del desparpajo y la risa loca en los momentos distendidos, a la seriedad y a veces, hasta del mal humor y las formas bruscas que mostraba en el trabajo cuando las cosas no se hacían como debieran.
Conocimos también a un excelente conversador: bien informado, de amplia cultura y una vena mordaz que no dejaba títere con cabeza a la hora de la crítica. Una conversación que pasaba de los clásicos de la literatura a las ocurrencias cachanías; de las revisiones de la situación política a los últimos chistes de la administración estatal en turno o de los deportes, o de las modas o pláticas que discurrían sobre las nostalgias de nuestros pueblo, de los conocidos, de los que se han ido.
Un melómano excepcional, su conocimiento y su extensa colección abarca los clásicos, ópera, jazz y sobre todo el rock and roll del que recordaba álbumes completos de Clapton, Beatles o los Rollings, del año en que se editaron o los años que tales o cuales rolas estuvieron de moda; cinéfilo irredento, solíamos intercambiar películas, libros que nunca devolvía y que nunca le devolví.
Lo vamos a extrañar y en ese extrañamiento va ese intento por prolongar la vida de las personas que queremos; evitar que el paso del tiempo propine una segunda muerte, la del olvido; lo extrañaremos porque dejó huella y porque influyó a casi todos quienes formamos la planta laboral de este hospital: su círculo de amigos, a quienes honró con su amistad; los anestesiólogos con quienes transitó hacia la mejoría profesional; los trabajadores a quienes ayudó y representó en la labores sindicales, es decir, porque fue útil a los demás.
Quizás esa manera de entender el servicio, los compromisos cumplidos, le dio la dignidad ante la muerte. Lenta, dolorosa, cruel, sabía lo que le esperaba y siempre habló con naturalidad de su fin, jamás la rehuyó, tampoco la precipitó, simplemente dejó que llegara. La experiencia de la cercanía de la muerte la vivió sin dramas ni cobardías, como quien se va de viaje, como quien dice adiós.


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QUIERO TAMBIEN PUBLICAR EN RELACION AL PROBLEMA TAN GRANDE QUE ESTAMOS VIVIENDO EN NUESTRO CENTRO HOSPITALARIO ES DE VERDAD DENIGRANTE VER A TODAS ESAS PERSONAS GUARDANDO UN LUGAR EN LA FILA EN LA FARMACIA CON LA ESPERANZA DE QUE LES DIGAN QUE YA LLEGO SU MEDICAMENTO Y UCHOS SE TENDRAN QUE IR COMO VINIERON CON LAS MANOS VACIAS,








ESTE DOCUMENTO SALIO PUBLICADO EN EL COLECTIVO PERICUE. USTEDES JUZGUENLO Y MANDEN SUS COMENTARIOS.




Ya te JODISSSTE: Corren a Directivos Paceños ¿Y?
Antonio Ceja
La remoción del director del hospital Carlos Estrada Ruibal del ISSSTE en La Paz, Luis Valdemar Hernández Vela Salgado y del jefe de pensiones Mariano Pino, son dos movimientos que tiene diferentes aristas.
Desde hace tiempo, mucho tiempo, las quejas contra la atención del ISSSTE ante los derechohabientes se venían acumulando de manera alarmante, al grado de que los pacientes tenían que batallar todos los días para que les suministraran los insumos elementales para atender sus padecimientos. Por otro lado, ante la exigencia evidente de los usuarios, los trabajadores del hospital, con razón, estaban hasta el copete de que la falta de medicamentos e insumos hospitalarios los ponían histéricos dando como resultado un trato déspota ante un problema que todavía no se resuelve.
Si el despido o remoción de estos funcionarios del ISSSTE son –hasta ahora no hay nada oficial- solo para taparle el ojo al macho, el delegado del ISSSTE busca, con estos movimientos, solo ganar tiempo a un problema que persiste y que ni corriendo a medio hospital se podría solucionar.
Las historias de la escasez de medicamentos e insumos hospitalarios son alarmantes y lejos de que un derechohabiente mejore su salud, acudir a atenderse al ISSSTE puede significar firmar su sentencia de muerte. Se han reportado cuartos sumidos en la insalubridad donde las cucarachas aparecen por todos lados, moscos y mosca rondan las c amas de los pacientes. Apenas ayer, me informaban que ni siquiera tienen jeringas de ningún tipo para aplicar inyecciones. Los doctores que despachan, lo hacen de la manera mas inhumana y apresuradamente ya que, casi todos, laboran en otras instituciones o tiene consultas privadas las cuales priorizan por significarles ganancias económicas.
Ya hay muchos avisos. Desde las quejas a programas de radio hasta manifestaciones de los usuarios del ISSSTE. Por otro lado, hasta ahora, nada se ha informado al respecto; cuando no son los medicamentos de especialidad, son los del cuadro básico los que faltan; gasas, jeringas, agujas, vendas o guantes, es el pan de cada día.
Presuntamente, el flamante hospital del ISSSTE -que no tiene fecha para cuando será entregado- contará con todos los servicios e insumos cuando entre en operaciones. ¿Y mientras?
Ubicado en el Conchalito, el nuevo hospital del ISSSTE parece –para los de cuello blanco- la solución para todos los problemas que hoy presenta la institución. Sin embargo, hasta ahora, nadie sabe cuando será incorporado el equipamiento para empezar a atender a una desesperada derechohabiencia que ya está cansada de tantas omisiones y maltratos en un servicio que se le descuenta cada quincena y que a cambio, solo recibe el peor de los servicios.
La crisis del ISSSTE pudo haber empezado cuando Mario Rebolledo –hoy prófugo de la justicia- desapareció 35 millones de pesos de los cuales, una buena parte fueron a parar a la campaña de Antonio Mariquez durante el gobierno de Guillermo Mercado Romero. Un millón de pesos que estaban destinados a compra de medicinas –de acuerdo a la investigación- fueron a parar a otro destino con el consiguiente daño a la institución. Siguieron los gobiernos del PRD quienes trataron de pagar su deuda con el ISSSTE mediante una supuesta inversión de los adeudos que serían –en vez de entregarse como pago al ISSSTE- aplicados a obras que nunca se hicieron y las que si se concretaron simplemente no sirvieron para mejorar el servicio.
Hasta ahora, el ISSSTE sigue herido de muerte y la destitución de Luis Valdemar Hernández Vela Salgado, conocido como el “felíz Navidad” y de Mariano Pino no prometen, de ninguna manera, una mejoría en el servicio del ISSSTE. Esperaremos a ver cuales fueron los motivos reales de su separación del instituto.
Esta es la pancarta que colocamos frente a las instalaciones del Hospital para que la comunidad se entere que nosotros los médicos no somos los culpablers del gran desabasto de medicamentos que tenemos actualmente y que estamos apoyando su causa de la mejor manera posible. posteriormente se llevarán a cabo otros apoyos conjuntamente con nuestro Sindicato.





Y pasando a otra cosa nos quedamos esperando "alguna felicitación" por el día del médico por parte de nuestras queridas autoridades, como siempre ni siquiera un simple FELICIDADES.

Incluso en el desayuno que ORGANIZÓ LA SOCIEDAD MEDICA DEL ISSSTE y que por cortesía porque eso sí en eso si nos caracterizamos por ser educados y agradecidos, se le invitó al Delegado Prof. Efrain Monreal quien llego acompañado de la nueva subdirectora que nadie conocía y que no tuvieron la cortesía de presentarla. pues bien el Delegado y la Subdirectora llegaron acompañados de nuestra Secretaria general la compañera Olga dueñas y del Dr. Benito Murillo Aguilar, quienes con toda la amabiliadad y cortesía que les caracteriza fueron personalmente a saludarnos donde ya estabamos algunos compañeros médicos sin embargo el Sr. Delegado y la Sra. Subdirectora pasaron de largo, desayunaron en el FESTEJO DEL DIA DEL MEDICO y no vimos ni escuchamos un sencillo FELICIDADES MEDICOS!!!!! y así como llegaron se fueron. Esto nos hace confirmar lo que ya sabemos desde hace mucho tiempo que no le interesamos a nuestras autoridades. ni ahora ni nunca. Y de nuevo agradecemos al Dr. Andres Mares y a su mesa directiva por la invitación y felicitarlos de nuevo por el exito obtenido en las Jornadas Médicas.

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Y este viernes 28 de octubre tuvimos la sesión ordinaria con muy buena concurrencia y estuvimos hablando del problema actual del desbasto de medicamentos. y el informe de las Jornadas médicas en detalle se dará a conocer en la próxima reunión. En esta Asamblea estuvo presente el nuevo Director el Dr. Arturo Salas quien estaba dispuesto a marcharse pero a fin de cuentas se le invitó a quedarse y participar en la Asamblea. El dejó en claro que podemos contar con su apoyo, esto pues el tiempo lo dirá confiemos en que asi será.

Posteriormente fuimos al convivio tradicional en la palapa Burbujas propiedad del Dr. Omaña a degustar una exquisita carne asada donada en esta ocasión por el Dr. Abelardo Manzanero y aqui estuvimos chralando mas informalmente con el director y nos dejó ver de nuevo que podiamos contar con su apoyo incondicional.








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