FEBRERO DEL 2013
EDITORIAL
DR. ALBERTO AYALA MONTOYA
Antes que nada quiero desear a todos un año nuevo colmado éxitos y parabienes. Este es el primer boletín de este año.
La Sociedad Médica sigue en "stand by" no sabemos la verdad como va a continuar esta situación. no se ha convocado aún una asamblea este año. y no sabemos como se van a organizar las próximas jornadas médicas.
COMPAÑEROS:
COMPAÑEROS:
YO LOS INVITO A ALGUNO DE USTEDES SOBRE TODO A LOS DE MAS RECIENTE INGRESO, QUE ESTEN INTERESADOS EN DIRIGIR NUESTRA SOCIEDAD QUE NOS LO HAGAN SABER, LOS EXPRESIDENTES ESTAMOS DISPUESTOS A BRINDARLES TODO NUESTRO APOYO. PERO ESTO DEBE CONTINUAR. NO HAY QUE DARSE POR VENCIDOS
COMPAÑEROS DESPERTEMOS DEL LETARGO QUE VIVIMOS Y HAGAMOS RENACER A NUESTRA SOCIEDAD.
ESPERAMOS DE VERDAD SUS PROPUESTAS.
A CONTINUACIÓN LES PUBLICO UNA CARTA DE LA DRA. CECILIA CAPISTRAN PSIQUIATRA DE NUESTRO HOSPITAL.
COMPAÑEROS DESPERTEMOS DEL LETARGO QUE VIVIMOS Y HAGAMOS RENACER A NUESTRA SOCIEDAD.
ESPERAMOS DE VERDAD SUS PROPUESTAS.
A CONTINUACIÓN LES PUBLICO UNA CARTA DE LA DRA. CECILIA CAPISTRAN PSIQUIATRA DE NUESTRO HOSPITAL.
Estimado Dr. Ayala:
Escribo estas lineas al espacio destinado para la SOCMEDIS a fin de
compartir algunas reflexiones surgidas del hartazgo de experiencias indignantes
y hasta ofensivas que día a día se viven en la Institución donde laboramos y
dejamos una buena parte de nuestras vidas. Por ahora me referiré a la reciente
separación del Dr. Jesus Alonso Leon Lopez compañero MEDICO
ESPECIALISTA MAXILOFACIAL recientemente víctima de maltrato administrativo que
para mi sorpresa varios de los colegas desconocen. Hoy jueves 14 de febrero al
llegar a checar la entrada me encontre con el Dr. Leon Lopez quien en un estado
de franca perplejidad me comento que en días pasados llego a su lugar de trabajo
y al abrir la puerta del consultorio destinado a su especialidad se encontró con
otro médico igualmente especialista maxilofacial ocupando su lugar, informándole en ese momento que ese será su consultorio en adelante y no del Dr. Leon.
Consternado acudió a la Subdireccion medica en la que recibió un trato
lamentablemente no menos indignante por la frialdad y falta de tacto de quien
ostenta el cargo y dirigiéndose entonces al área de recursos humanos según sus
palabras fue tratado ofensivamente por la displicencia conque se le informó
sobre su situación laboral, aduciendo que no trabajará mas en en instituto y
que tiene hasta el 15 de febrero del año en curso para "hacer la entrega del
instrumental a su cargo y retirarse a "descansar", porque en mas de once meses
de trabajo ininterrumpido le caerá bien tomar vacaciones" palabras mas
palabras menos, en un acto de franca humillación como podrán imaginar. Considero que Este evento es uno mas de los numerosos atropellos que
hemos venido padeciendo de unos mases a la fecha y que nos muestran
reiteradamente la necesidad solidarizarnos con cada uno de los casos en los que
sin el mas mínimo escrúpulo se pasa por encima de la integridad moral, la
dignidad y el respeto de una persona ya sea medico, enfermera o trabajador
administrativo, que por la abundancia de los casos solo quiero referirme a este
último evento en particular.
Quien desconoce el quehacer medico y las inconveniencias que implica el
desempeño de nuestras actividades asistenciales ya por falta de recursos, ya por
desorganizacion, nunca podrá imaginar la constante vivencia de actos abusivos de
que frecuentemente se es víctima, entre los que la explotación y la vejación sobresalen en el listado de agravios. Difícilmente alguien ajeno al gremio
imagina el sometimiento a ultranza que implica trabajar en una institución con
la constante amenaza del despido o la incertidumbre de lograr escalar los
niveles escalafonarios que ofertan unos cuantos pesos mas para disminuir las ya raquíticas remuneraciones que recibimos por la atención a la salud de la población Todos conocemos que el otorgamiento de las plazas muchas veces no se
dirige a quien realmente las merece y que estatutariamente la calidad
del trabajo realizado no merece reconocimiento. Varios ya entrados en años viven
día a día este dolor de la indiferencia institucional y en cambio se cubre y
protege a los menos comprometidos con su actividad asistencial y con la institución misma. En esta ocasión se trata del caso del Dr Leon y todos los
otros DOCTORES LEON que pasan por circunstancias semejantes, porque
todos, TODOS SOMOS UN DR. LEON porque el agravio de un medico debe ser ofensa
de todos. Una injusticia es injusticia para todos, una falta de respeto es una
falta a todos, no podemos seguir viendo pasar uno a uno de los ofendidos sin
inmutarnos porque no nos tocó a nosotros desensibilizados por la fuerza de la
costumbre del maltrato que ahoga la dignidad y el autorespeto como individuos
y como gremio.
Cuantos silencios, cuantas ofensas y cuantas humillaciones mas estamos
dispuestos a tolerar a lo largo de nuestras vidas profesionales, cuanto mas
estaremos dispuestos a ver pasar entre los mas jóvenes solo mirándoles el dolor
de la humillación y la ofensa sin lograr conformar una franca
solidaridad y cohesión de grupo, cuanto mas caminaremos sin habilidad para
el autocuidado como gremio.
Permitirse la victimización como parte del desarrollo profesional solo
conlleva a un andar por la vida institucional como aquellas personas carentes de
toda capacidad y habilidad afectiva y moral, destinados a vivir como victimas o
delincuentes de la vida y las circunstancias, incapaces de caminar con
orgullo y dignidad libres de conductas egoistas y psicopaticas, indiferentes a
la lealtad que todos nos debemos al pertenecer a la misma comunidad.
Sindrome de Estocolmo se denomina a una reacción psicológica en la que se
desarrolla una relación de complicidad por un fuerte vinculo afectivo entre la
víctima y su verdugo, derivado esto de un malentendido en la interpretación de
la ausencia de violencia física o de intento de homicidio. El secuestrado deja
de ver su condición de privación de la libertad involuntaria y solo puede
percibir "el cuidado pseudohumanitario " que se le provee. El sometimiento solo
engendra frustración y enojo, ambos, ingredientes suficientes para sostener una
vida depresiva carente de toda iniciativa profesional y gris. La deambulación
por la vida a manera de caricatura del bienestar solo enmascara personas de dos
Rs, resentidas y resignadas con lo que ello implica social y laboralmente. Que
elegimos?
Dra. Cecilia Capistran
saludos
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